domingo, 3 de abril de 2016

GRANDES ECONOMISTAS: FRANCISCO DE VITORIA (1483-1546)


En esta serie de posts se van a ver brevemente la historia de los grandes economistas y sus aportaciones al ámbito de la ciencia económica. Será una serie de carácter mensual (intentaré que así lo sea) en donde, por orden cronológico, más o menos, trataremos de ver a los economistas más notables de la historia económica.

Pues bien, empecemos por el que se considera fundador de la escuela (o escolástica) de Salamanca. Francisco de Vitoria.

Francisco nació en Burgos, de una familia procedente de Vitoria ingresó en la orden de los dominicos en 1504, que ejerció gran influencia en su época y en años posteriores.

Recibió desde niño una buena formación humanística. Lo que sin duda influyó de manera determinante en su obra y pensamiento.

Fue especialmente influyente por sus aportaciones al derecho, aunque también tuvieron gran repercusión sus estudios sobre teología y sobre aspectos morales de la economía. No escribió personalmente todas sus obras, sino que han llegado recogidas por sus alumnos o por secretarios a partir de sus lecciones y relecciones (repeticiones que resumían al final del curso las lecciones del año). Sus enseñanzas y métodos pedagógicos dieron su fruto en forma de numerosos teólogos, juristas y universitarios a los que bien enseñó directamente o bien se vieron influidos por sus teorías.

Fue enviado a París, donde estudió artes y teología. Regresó a España en 1523 como profesor de teología en el colegio de San Gregorio de Valladolid, hasta que en 1526 obtuvo la cátedra de teología de la Universidad de Salamanca. Introdujo la Suma Teológica de Tomás de Aquino como el libro de texto básico en teología. Puesto que ya en aquel entonces Salamanca era una de las universidades más prestigiosas de España y Europa, el tomismo fue pronto adoptado por otras, difundiéndose el realismo aristotélicotomista. 
Francisco de Vitoria falleció en Salamanca el 12 de agosto de 1546. Dentro de su amplia obra nos centraremos brevemente en la parte económica.

Una de las frases lapidarias de Francisco de Vitoria es la siguiente: "Si los bienes se poseyeran en común serían los hombres malvados e incluso los avaros y ladrones quienes más se beneficiarían. Sacarían más y pondrían menos en el granero de la comunidad". En otras palabras, es partidario de la propiedad privada (recordemos que estamos en el siglo XVI lo que sin duda creo que es un gran avance filosófico).

Francisco teorizó abundantemente sobre la economía desde un punto de vista moral. La doctrina católica de su tiempo tenía el afán de lucro de los comerciantes por pecado, y los comerciantes se dirigieron a él para solventar sus dudas pues, o dejaban el comercio, o se condenaban, lo que le indujo a tratar temas económicos.

Según Francisco el orden natural se basa en la libertad de circulación de personas, bienes e ideas. De esta manera los hombres pueden conocerse entre sí e incrementar sus sentimientos de hermandad. Esto implica que los comerciantes no son moralmente reprobables, sino que llevan a cabo un servicio importante para el bien común o bienestar general. Estas ideas son radicalmente opuestas a las que había mantenido tradicionalmente la Iglesia Católica en su pensamiento teológico, y suponen a mi juicio una auténtica revolución en el pensamiento, pues supone el comienzo del liberalismo como tal en la historia moderna.


JIV

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