martes, 28 de julio de 2020

INTERCAMBIO DE FLUJOS FINANCIEROS. PERMUTAS DE TIPOS DE INTERÉS (III). CASOS PARTICULARES.


Continuación al artículo publicado el 27 de junio


I) CALL MONEY SWAPS.

Se trata de una permuta de tipo de interés fijo por variable. Una de las partes paga un interés fijo y la otra paga el tipo de interés día a día del depósito interbancario durante el plazo acordado. Para calcular el tipo día a día se computa el tipo medio ponderado de operaciones acordadas en la sesión.

Se liquida por diferencias con un único pago al final del plazo acordado que es inferior a un año. La cotización será muy similar a un depósito al mismo plazo. Las diferencias que puedan existir derivan del mayor riesgo de crédito que entraña el depósito interbancario.

El depósito y los Call Money Swaps son instrumentos prácticamente equivalentes. Un Call Money Swap equivale a tomar un depósito interbancario a plazo y simultáneamente prestar depósitos día a día. Pero no hay transferencia de fondos puesto que se liquida por diferencias. No hay riesgo de principal comparando con los depósitos o los depósitos interbancarios transferibles, el riesgo es mucho menor.

En la práctica están desplazando a los FRAs.


II) SWAP DE DIVISAS (CURRENCY SWAP).


Un swap de divisas es una permuta de flujos de caja de dos o más monedas diferentes a lo largo el tiempo, entre dos sujetos económicos. La diferencia fundamental entre el swap de tipos de interés y el swap de divisas estriba en el intercambio del principal de la deuda, puesto que en el swap de tipos de interés, no cambia de manos y en el swap de divisas si.

Por otro lado, al existir varias monedas, se enriquecen las posibilidades de permuta en el swap de divisas, y en lo que a tipos de interés se refiere, pudiendo haber intercambios del tipo:

Ø      Tipo fijo en una moneda contra tipo variable en otra.
Ø      Tipo fijo en una moneda contra tipo fijo en otra.
Ø      Tipo variable en una moneda contra tipo variable en otra.

Y a su vez se puede tomar distintos índices de variabilidad de las monedas.

No obstante, y aunque exista un intercambio del principal en el swap de divisas, el prestatario conserva sus obligaciones con los prestamistas y en consecuencia, esta figura exige que en el día del vencimiento, los principales vuelvan a intercambiarse entre los sujetos, al objeto de que atiendan el pago de sus deudas.
Obviamente, y a fin de evitar distorsiones no deseadas, u operaciones de cobertura adicionales, el precio de retorno de la divisa está prefijado de antemano, y coincide con el precio spot de la divisa en origen.
De esta manera, la permuta efectiva a efectos de resultados se realiza únicamente con los pagos periódicos de intereses, existiendo a los efectos de valoración y de contabilidad un único tipo de cambio efectivo, el del precio spot que se utilizó en origen al firmar el contrato.
El swap de divisas puede hacer que las dos partes obtengan un beneficio neto, una vez eliminado el riesgo de crédito.

Como punto importante a analizar para realizar una aproximación a los swap de divisas, el equilibrio entre los tipos de interés a plazo de las dos divisas, con las que se está realizando el swap. Efectivamente, el mercado si se encuentra en equilibrio, el swap cotiza implícitamente los tipos de interés forward, y los tipos de cambio forward vigentes en el mercado.
En la medida en que se produzcan desajustes entre estos tipos y los precios del swap, habrá posibilidad de arbitraje. La consecuencia inmediata es que un swap de divisas no es otra cosa que un conjunto de contratos forward, a distintos plazos, coincidentes con las fechas de pago de los intereses de los préstamos contraídos, y que afectan simultáneamente a tipos de interés y a tipos de cambio.


III) EQUITY SWAP


Un equity Swap es un contrato mediante el que dos partes se intercambian los rendimientos de una cartera por unos tipos de interés. Mediante un equity swap se puede vincular el rendimiento de un determinado plazo a los tipos de interés.

A vencimiento de cada período una de las partes:

Ø      Recibe el tipo de interés estipulado más un diferencial.
Ø      Paga el rendimiento de la cartera (plusvalías más dividendos).

El Equity Swap se liquida por diferencias. El efecto de las liquidaciones del mismo consiste en neutralizar el rendimiento de la cartera para convertirlo en un tipo de interés.

El equity swap se considera también una opción de compra futura de un valor a un precio determinado pactado entre dos partes fuera del mercado, o sea un contrato financiero de adquisición futura de una participación. Como alternativa a la cobertura de riesgos.
Esta conversión del equity swap en un arma ofensiva para controlar empresas está causando quebraderos de cabeza en los supervisores de los mercados, al tratarse de operaciones de derivados que sirven para asegurarse una participación fuera del procedimiento autorizado, regulado y transparente. El sistema de Ofertas Públicas de Adquisición español es muy restrictivo ante la posibilidad de que el oferente compre acciones al margen de la oferta, pero no hay limite para los derivados. El problema es que la normativa se basa en los derechos políticos de los accionistas. Y en los equity swaps, aunque los derechos políticos sigan en manos de los socios que suscriben la opción de venta, es poco probable que vayan a utilizar su voto para ir contra el futuro comprador de esa participación.

En otras palabras, convierten esto en un intercambio futuro de unas acciones a un precio determinado, pactado entre dos partes. A diferencia de otras opciones y derivados, las condiciones del equity swap, se fijan por un contrato entre las partes y no en un mercado de futuros.
El inversor que pacta la futura venta mantiene los derechos políticos. El contrato contempla los plazos del intercambio, al pago de intereses durante la vigencia de la opción y el destino de los dividendos de las acciones.


JIV

sábado, 11 de julio de 2020

GRANDES ECONOMISTAS: JEAN-BAPTISTE SAY (1767-1832)




Biografía


Jean-Baptiste Say nació en Lyon en 1767 de padre proveniente de una familia de comerciantes textiles protestante que se trasladó varias veces durante un periodo volátil entre las religiones en la Francia católica.
En 1785 fue enviado con su hermano al Reino Unido, donde vivió con empresarios ingleses como aprendiz de sus negocios.

Dos años después, regreso a Francia para trabajar en una empresa de seguros.
Cuando leyó a Adam Smith se inició en el liberalismo y formo parte de un grupo de economistas liberales. Entre 1794 a 1800 fue editor del periódico “La Decade Philosophique”, de corriente liberal y de cierto prestigio en territorio galo en la época.

En 1799 le nombraron miembro de la sección financiera del Tributante, la cámara que surgió tras el derrocamiento de la monarquía por parte de Napoleón Bonaparte, hasta 1804, cuando tuvo un desacuerdo con el emperador y se trasladó a Audny-des-Hesdins para establecer una fábrica de algodón.
En 1812 vendió sus acciones y volvió a París como un hombre rico, siendo contratado como profesor de economía industrial de la “Conservatoire National des Arts et Metiers” y, en 1831, en el Colegio de Francia.
En 1826 fue elegido miembro extranjero de la KVA (la Real Academia de Ciencias del Reino de Suecia).

El profesor Say falleció en París el 15 de noviembre de 1832 a la edad de 65 años.


Principales trabajos y contribuciones


En 1800, publicó su obra “como reformar la moralidad de las naciones”(en francés “essai sur les moyens de reformer les moeurs d´une nation”). Y en 1803 publicó su trabajo más conocido “Tratado de Economía Política”, sobre la composición y distribución de la riqueza.
En este trabajo introdujo su famosa Ley de mercados o la Ley de Say, siguiendo la teoría clásica de Adam Smith y David Ricardo, donde postuló que antes de poder demandar, se debe producir para intercambiar lo comprado. Esta teoría se describió como que la oferta crea su propia demanda y, aunque hay debate sobre quien dijo la frase, no así en la invención del concepto.

Inicialmente, Thomas Malthus (del que se hablará próximamente) y luego Keynes, criticaron su análisis, pensando en el corto plazo. No obstante, llegó a ser bastante aceptado que en el largo plazo sus teorías se cumplen. Aunque esta teoría llevó a decir la anterior frase que no es del todo correcta, en términos más comunes se puede decir que, sin dinero no puedo comprar y para conseguir dinero, necesito trabajar, es decir, producir.

Say también investigó la necesidad e importancia del dinero que demandaban tanto los que producían como los que demandaban productos como una forma de facilitar este intercambio. Como parte de éste análisis, habló del atractivo del oro y la plata haciendo el papel del dinero, por sus características de durabilidad, portabilidad, divisibilidad, alto valor y uniformidad, aunque también habló de la posibilidad de que éstos podrían ser reemplazados por otros medios de cambio que puedan ser comúnmente aceptados.

Say también discrepó con muchos en su valoración del trabajo, donde hablaba de que la forma de medir la contribución del trabajo eran las horas invertidas y que la valoración de la producción que resultaba de este trabajo era más incierta ya que la utilidad de cada producto varía por persona y por tiempo, teorías mas elaboradas por Wilfredo Pareto (que también desarrollaré próximamente) y en las curvas de indiferencia.

Finalmente, analizó detalladamente el impacto negativo de los impuestos sobre la labor empresarial y la creación de riqueza, impacto que se ve reflejado a lo largo de la economía y de su crecimiento, ya que la reducción de demanda es un círculo vicioso negativo para todos.


Impacto de Say en la actualidad.


El trabajo de Jean-Baptiste tuvo gran influencia en los posteriores análisis de Wilfredo Pareto y en la utilidad marginal de Alfred Marshall, y de León Walras. Trabajos que han impactado mucho hoy en día en el valor del trabajo, de la utilidad, de la producción y en la elaboración de beneficios relativos de los distintos entes económicos.

Su análisis innovador del impacto negativo de los impuestos sobre la producción y el crecimiento económico fue importante para hacer entender que el nivel de los impuestos no era indiferente para la actividad económica del país.


JIV