La realidad nos indica que el consumo depende de la renta corriente. Otra cosa distinta es que nos centremos en analizar si las teorías son a largo o a corto plazo.
Sin embargo, a largo plazo, el consumo no depende tanto de la renta corriente
sino de otros componentes. En este artículo se expondrán varias teorías que
tratan de explicar lo comentado.
I) EXCESO DE SENSIBILIDAD.
Esta teoría nos dice que el
consumo depende de la renta corriente. Por lo que entonces, el consumo es muy sensible ante cambios en la renta corriente. Es una teoría
defendida por los economistas keynesianos, de tipo cortoplacista.
Lo que hay que analizar son los factores que inciden en esta
sensibilidad. La falta de expectativas
racionales, las restricciones de liquidez y la incertidumbre.
a) Fallo en las expectativas racionales.
Ser racional es tomar la decisión
no solo en base a la renta presente, sino también en base a la renta futura.
El problema surge ante lo que se
denomina miopía en la expectativa.
No se decide con base de la renta futura, sino solo en la renta corriente.
b) Restricciones de liquidez.
Hace referencia a que un individuo que quiere consumir hoy más de su renta, puede tener límites al crédito que le impiden consumir. Es decir, tiene limitaciones para endeudarse.
La causa viene por la renta corriente. Pues solo se puede pedir créditos en base a lo presente, no a lo futuro. Es decir:
- O se ahorra. Aludimos a la teoría de Irvin Fisher (a la cual nos remitimos: https://lossecretosdelaeconomia.blogspot.com/2021/03/economia-la-eleccion-temporal-de-irving.html):
o C1 ≤ Y1 + Y2/(1+r)
- O se consume toda la renta:
o C1 = Y1
Esto explica por qué el consumo es muy sensible ante variaciones en la renta corriente.
c) Incertidumbre.
La población jubilada no consume sino que ahorra. Esto se explica porque ahorra por motivo precaución (ahorro para gastos médicos), por lo que no es consumista.
El motivo es, en consecuencia, por la incertidumbre. Pues a partid de cierta edad hay desahorro.
JIV
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