domingo, 28 de mayo de 2017

DRAGHI SE EQUIVOCA

El pasado mes de marzo, si no se me va la pinza, fue el 9 de marzo, en una comparecencia del Consejo de Gobierno del BCE, Mario Draghi, señaló que estaba satisfecho por los resultados excelentes de su política. El Financial Times, que es un declarado enemigo de la administración de Trump, publicó una noticia titulada "El euro salta con la declaración de victoria del BCE sobre la deflación".

Sin embargo, y a pesar de que podamos lanzar las campanas al vuelo, es necesario hacerse dos preguntas, ¿Esa afirmación es cierta? ¿Qué se entiende por deflación?

Lo primero de todo, podemos definir deflación o inflación negativa, a un descenso generalizado y prolongado de los precios de bienes y servicios motivado por una debilidad de la demanda y un exceso de las capacidades productivas (oferta). La deflación normalmente está asociada a las recesiones y a las crisis económicas y financieras. Digamos que podía ser entendido como lo contrario a la inflación (explicado en el post que hice en enero del año pasado: http://lossecretosdelaeconomia.blogspot.com.es/2016/01/i-nivel-general-deprecios.html)

Ahora bien, si lo que dice Mario es cierto, ello significa que estamos en un período de reflación. Y por lo tanto en un período inflacionista del ciclo.

Pues miren, si como dice el gobernador del BCE y gracias a el hemos superado la fase negativa del ciclo largo, implica que hemos pasado la siguiente etapa antes comentada. Eso sí que es una ley económica, tan dura como que la recuperación ocurre tras la recesión, o que la expansión sigue a la recuperación y así hasta que vuelve la recesión. El abcd de la teoría de ciclos que siempre es un clásico en macroeconomía.

Normalmente, en esta fase, gracias al surgimiento de una nueva industria de calado que motoriza el ciclo largo (electrónica y sus desarrollos), es cuando comienza una aceleración del crecimiento con baja inflación, que al final se nos lleva a la siguiente fase, la inflacionaria, donde se produce una inflación de demanda y de costes.

Para volver a analizar un período similar hay que retrotraerse a los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial y que empezó con la cooperación con Estados Unidos y los planes de estabilización de finales de la década de 1950.

Por consiguiente, no vivimos en reflación, pues ni por combinación de tasa de crecimiento real y de inflación, ni por una nueva industria se demuestra que la afirmación de Draghi no es cierta.

Me temo que no hemos abandonado del todo ese período deflacionista (influenciado sin duda por esos tipos tan bajos, casi negativos, pero esto ya es otra historia).


JIV

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