La función de mediación financiera resulta generalmente ventajosa para todas las unidades económicas, ya sean prestamistas o prestatarias. En efecto, para los primeros porque los intermediarios les ofrecen nuevos activos financieros (llamados indirectos) en los que materializar su riqueza, que implican menores riesgos y a unos costes muy inferiores a los que alcanzarían si tuvieran que acudir al mercado a conseguirlos. Por otro lado, la mediación financiera también genera ventajas para los prestatarios últimos al facilitarles la movilización de los fondos de financiación y la reducción del coste de la misma, mejorando las oportunidades de obtener recursos de los pequeños ahorradores que, en ausencia de los intermediarios, no acudirían al mercado, disminuyendo los fondos disponibles para ser adquiridos por las unidades económicas deficitarias.
Los intermediarios financieros facilitan la financiación de los nuevos y de los pequeños prestatarios, que lo tiene muchas veces más difícil, sobre todo en épocas de restricciones crediticias.
Como ventaja adicional, por regla general, se señala que a igualdad de rendimiento, el prestamista preferirá obtener un derecho sobre los ingresos futuros del intermediario en vez de un derecho sobre los ingresos futuros del prestatario último.
Por tanto, el papel clave de los intermediarios financieros en una economía es aceptar pasivos de los prestatarios últimos que los ahorradores últimos no aceptarían y emitir pasivos para estos agentes, cuya duplicación no está al alcance de los prestatarios. Este proceso de transformación de activos constituye la base de la actuación de los intermediarios financieros que crean activos de características únicas, dentro de la diversidad de formas que pueden revestir.
Si bien pueden existir
diferencias entre los países según sus características y modalidades:
Ø
Intermediarios
financieros bancarios. Constituidos por el Banco Central y las entidades
bancarias, y se caracterizan porque alguno de sus pasivos (billetes y depósitos
a la vista) son pasivos monetarios, aceptados
generalmente por el público como medio
de pago y son dinero. Así pues,
estas instituciones pueden generar
recursos financieros, no limitándose por consiguiente a realizar una
función de mediación bancaria. Dentro de los intermediarios financieros
bancarios, el Banco Central es el encargado de ejecutar la política monetaria
nacional, mientras que las entidades bancarias realizan operaciones activas con
particulares, empresas, y otras instituciones para lo cual necesitan captar
recursos.
Ø Intermediarios financieros no bancarios. A diferencia de los anteriores, sus pasivos no son dinero, con lo cual su actividad es más mediadora que la de aquéllos. Dentro de los intermediarios financieros no bancarios se pueden incluir una gran variedad de instituciones, con características propias para cada país.
Los servicios que prestan estas
instituciones a los agentes económicos pueden ser resumidos en los siguientes:
Ø
La actuación de los intermediarios financieros
permite reducir el riesgo de los
diferentes activos mediante la diversificación de la cartera. Éstos
pueden obtener, a largo plazo, un rendimiento de sus carteras superior al
obtenido por cualquier agente individual al aprovechar las economías de escala
que se derivan de la gestión de las mismas. Estas economías de escala aparecen por tres razones fundamentales:
o
Indivisibilidades.
Dado el volumen elevado de recursos
del que disponen, pueden adquirir activos de cualquier valor nominal,
circunstancia que puede estar vedada a muchos individuos cuyos recursos sean
inferiores a esos nominales mínimos. El intermediario financiero puede diversificar más porque su cartera de activos es mayor.
o Economías
de gestión. En un mercado financiero como el actual, caracterizado por corrientes continuas de información, es
necesario obtener los conocimientos más completos, rápidos y fiables. Dado el volumen de operaciones
de un intermediario financiero, éste puede dedicar mayor cantidad de recursos para acceder a esa información y,
además, lo hará de forma más eficiente,
puesto que estas instituciones tienen un gran número de profesionales que se
dedican a tiempo completo a manejar sus carteras de activos en función de esa
información que obtienen.
o Economías
de transacción. Las carteras de
los individuos no permanecen constantes a lo largo del tiempo, sino
que, requieren cambios en sus activos, los cuales suponen costes de transacción. Al establecer estos costes normalmente como
cuantía fija, o bien de forma decreciente al valor de la operación, los
intermediarios financieros incurren en
costes más bajos y obtienen rendimientos
más altos que los de un inversor particular.
Ø
La actuación de los intermediarios financieros
permite adecuarse a las necesidades de
prestamistas y prestatarios. En efecto, la transformación de los plazos de sus operaciones sirve para realizar
tal adecuación. Esta transformación significa de manera sencilla que captan
recursos a corto plazo y los ceden a plazos mayores. De esta forma, esta
actuación permite que prestamistas y prestatarios no necesiten ponerse
previamente de acuerdo sobre el plazo de la operación concertada. La
transformación del plazo de las operaciones por los intermediarios supone un riesgo para ellos, no reducible a través de la diversificación, y consistente en la
posibilidad de que los tipos de interés
a corto plazo se eleven, teniendo que pagar más por los recursos captados a
ese período de tiempo que por los prestados a plazo más largo. Para hacer
frente a este riesgo, el intermediario establece un diferencial favorable de
intereses entre los plazos.
Ø Los intermediarios financieros realizan la denominada gestión del mecanismo de pagos. Para ello, estas instituciones admiten, entre otros, depósitos en cuenta corriente. Así, los intermediarios tienen un papel central en este mecanismo de pagos de la economía a través del abono o el cargo de estos cobros y pagos en esas cuentas de los agentes económicos.
(…)
JIV
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