Primero de todo, definir brevemente qué es el mercado
laboral. Se denomina mercado de trabajo o mercado
laboral al conjunto de relaciones
entre empleadores (oferentes de empleo o demandantes de trabajo) y personas que
buscan trabajo remunerado por cuenta ajena (oferentes de trabajo). Esto es importante, ya que hay gente que
tiende a confundir, los trabajadores son oferentes de trabajo y demandantes de
salario, mientras que el empresario es demandante de trabajo y oferente de
salario.
Pues bien, por regla general hay rigideces en los mercados
laborables, ya que la tasa de desempleo
involuntario tiende a ser elevada y persistente, debido principalmente a la
rigidez del salario (debido a la presión de sindicatos y autoridades
laborales).
Distinto es el desempleo
voluntario, definido como aquellos trabajadores o personas no dispuestas a
trabajar a un salario dado (desde un punto de vista de la gráfica que se puede
encontrar en cualquier página web, sería el tramo por encima del punto de
equilibrio.
Continuando con el tema que nos ocupa, nos encontramos con
que hay tres teorías que explican esta rigidez antes comentada. Veámoslas.
Ø
La Teoría de los insiders y los outsiders.
Hay instituciones que influyen
en la determinación de los salarios para el intercambio, los sindicatos
principalmente.
Esta teoría define a los insiders como aquellas personas que están trabajando,
contraponiéndolas a los outsiders,
que son aquellos que están desempleados y que desean trabajar.
Desde el comienzo de la historia sindical, estas
instituciones han tratado de conseguir alcanzar tres objetivos:
- Aumentar los salarios.
- Mejorar las condiciones de trabajo.
- Incrementar el nivel de empleo.
Sin embargo, desde un punto de vista de la demanda de
trabajo, el primer y el tercer objetivos son incompatibles entre sí, debido a
la propia estructura de la función de demanda de trabajo (decreciente debido a
la productividad marginal, negativa). Por lo tanto, los sindicatos se han
centrado en los dos primeros objetivos.
Esta teoría señala que la oferta de trabajo tiende a
desplazarse debido a la exigencia de salarios más elevados, lo que comporta una
menor oferta laboral.
Sin embargo, esta oferta sindical solo representa a los oferentes que ya están trabajando,
dejando fuera a los desempleados.
En consecuencia, aumentos de salarios conllevan o bien
despidos o bien la no contratación de nuevos empleados. Haciendo hincapié en la oferta del trabajador,
esta teoría señala que la rigidez al alza del salario tiende a restringir la
contratación y por lo tanto a la reducción del desempleo.
Ø
Teoría de
los salarios eficiencia.
En economía, los salarios de eficiencia son
un concepto que se encuadra para explicar la causa de una parte del desempleo.
Haciendo hincapié en el comportamiento del empresario dentro del mercado
laboral. El empresario contrata un número de horas o de trabajadores en función de la productividad que le
generan, dado un salario real.
Según esta teoría, el empresario no solo determina el nivel
de empleo, sino también el salario de manera que suscite un nivel de eficiencia
o productividad óptimas en el trabajo. Es decir, a mayor salario, mayor
eficiencia o rendimiento.
Así, en el modelo del salario de eficiencia, el origen del
desequilibrio se encuentra en un problema de acceso a la información: los
empleadores no pueden conocer perfectamente el esfuerzo realizado por los
asalariados en su trabajo y, en especial, si realizan el esfuerzo máximo (es
decir, es difícil controlar al
trabajador).
Con el objetivo de incitarlos a realizar un esfuerzo máximo,
el empleador va a pagar al asalariado un poco más de lo que él puede esperar en
otra empresa: este salario más elevado que el salario del mercado es el salario
de eficiencia. Entonces, el asalariado tendrá todo el interés en realizar
el máximo esfuerzo de manera que pueda permanecer en la empresa que le paga
más.
Por el contrario, si su salario se encuentra al nivel del
punto de equilibrio del mercado, el asalariado no pierde nada al cambiar de
empleo y, por tanto, puede "relajar" sus esfuerzos en el trabajo: es
el salario de reserva.
Esta teoría señala que ante una generalización de la
estrategia de salarios de eficiencia, tenderá a una disminución de la demanda
sobre el mercado laboral, ya que el trabajo es más costoso y ante ese nivel de
salario tenderán a contratar menos horas o menos trabajadores. En consecuencia,
este desequilibrio del mercado laboral resultará en un desempleo en masa, lo
que los economistas keynesianos han denominado equilibrio de subempleo.
Ø
La teoría
de los contratos implícitos.
La última de las teorías parte de considerar que los
trabajadores tienen una aversión al
riesgo superior a la de sus empleadores. Pues, en efecto, el empresario es neutral frente al salario.
Por tanto prefieren empleos seguros, con salarios estables
aunque sean bajos, en vez de salarios altos con peligro de cierre de la empresa
y pérdida del empleo.
El mecanismo funciona como si en el contrato laboral
existiera una cláusula implícita según la cual los trabajadores pagarían
(renunciando a parte de su salario) a sus empleadores un "seguro"
contra el riesgo de quedarse sin empleo por culpa de la variación de los
salarios. En otras palabras, el salario debe fluctuar lo menos posible, permaneciendo estable aunque el
empresario pase por dificultades. Siendo por tanto el salario a la baja y
frecuentemente utilizado en épocas de menor afluencia de oferta.
Esta teoría no es demasiado consistente y quizás en su
propio argumento de la aversión al riesgo esté la clave de que la idea pueda
ser la contraria de lo que se desea demostrar. Es decir, a que los trabajadores
estarían dispuestos a tener salarios volátiles y a que les bajaran sus ingresos
reales en momentos críticos para la empresa, antes de poner en peligro sus
empleos.
JIV
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