Continuación al artículo
publicado el 27 de junio
I) CALL MONEY SWAPS.
Se trata de una permuta de tipo
de interés fijo por variable. Una de las partes paga un interés fijo y la otra paga el tipo de interés día a día del depósito
interbancario durante el plazo acordado. Para calcular el tipo día a día se
computa el tipo medio ponderado de
operaciones acordadas en la sesión.
Se liquida por diferencias
con un único pago al final del plazo
acordado que es inferior a un año. La cotización
será muy similar a un depósito al mismo plazo. Las diferencias que puedan
existir derivan del mayor riesgo de
crédito que entraña el depósito
interbancario.
El depósito y los Call Money
Swaps son instrumentos prácticamente equivalentes. Un Call Money Swap equivale
a tomar un depósito interbancario a
plazo y simultáneamente prestar depósitos día a día. Pero no hay transferencia de fondos puesto que se liquida por
diferencias. No hay riesgo de principal comparando con los depósitos o los
depósitos interbancarios transferibles, el riesgo es mucho menor.
En la práctica están desplazando
a los FRAs.
II) SWAP DE DIVISAS (CURRENCY SWAP).
Un swap de divisas es una permuta de flujos de caja de dos o más
monedas diferentes a lo largo el tiempo, entre dos sujetos económicos. La
diferencia fundamental entre el swap de tipos de interés y el swap de divisas
estriba en el intercambio del principal
de la deuda, puesto que en el swap de tipos de interés, no cambia de manos
y en el swap de divisas si.
Por otro lado, al existir varias
monedas, se enriquecen las posibilidades
de permuta en el swap de divisas, y en lo que a tipos de interés se
refiere, pudiendo haber intercambios del tipo:
Ø
Tipo fijo
en una moneda contra tipo variable
en otra.
Ø
Tipo fijo en una moneda contra tipo
fijo en otra.
Ø
Tipo variable en una moneda contra
tipo variable en otra.
Y a su vez se puede tomar
distintos índices de variabilidad de las monedas.
No obstante, y aunque exista un
intercambio del principal en el swap de divisas, el prestatario conserva sus obligaciones con los prestamistas y en
consecuencia, esta figura exige que en el día del vencimiento, los principales
vuelvan a intercambiarse entre los sujetos, al objeto de que atiendan el
pago de sus deudas.
Obviamente, y a fin de evitar
distorsiones no deseadas, u operaciones de cobertura adicionales, el precio de retorno de la divisa está
prefijado de antemano, y coincide con el precio spot de la divisa en
origen.
De esta manera, la permuta
efectiva a efectos de resultados se realiza únicamente con los pagos periódicos
de intereses, existiendo a los efectos
de valoración y de contabilidad un único tipo de cambio efectivo, el del precio
spot que se utilizó en origen al firmar el contrato.
El swap de divisas puede hacer
que las dos partes obtengan un beneficio
neto, una vez eliminado el riesgo de
crédito.
Como punto importante a analizar
para realizar una aproximación a los swap de divisas, el equilibrio entre los tipos de interés a plazo de las dos divisas,
con las que se está realizando el swap. Efectivamente, el mercado si se
encuentra en equilibrio, el swap cotiza implícitamente los tipos de interés
forward, y los tipos de cambio forward vigentes en el mercado.
En la medida en que se produzcan
desajustes entre estos tipos y los precios del swap, habrá posibilidad de
arbitraje. La consecuencia inmediata es que un swap de divisas no es otra cosa que un conjunto de contratos forward,
a distintos plazos, coincidentes con las fechas de pago de los intereses de los
préstamos contraídos, y que afectan simultáneamente a tipos de interés y a
tipos de cambio.
III) EQUITY SWAP
Un equity Swap es un contrato
mediante el que dos partes se intercambian
los rendimientos de una cartera por unos tipos de interés. Mediante un
equity swap se puede vincular el
rendimiento de un determinado plazo a los tipos de interés.
A vencimiento de cada período una
de las partes:
Ø
Recibe
el tipo de interés estipulado más un diferencial.
Ø
Paga
el rendimiento de la cartera (plusvalías más dividendos).
El Equity Swap se liquida por
diferencias. El efecto de las liquidaciones del mismo consiste en neutralizar el rendimiento de la cartera
para convertirlo en un tipo de interés.
El equity swap se considera
también una opción de compra futura de un valor a un precio determinado pactado
entre dos partes fuera del mercado, o sea un contrato financiero de adquisición futura de una participación.
Como alternativa a la cobertura de riesgos.
Esta conversión del equity swap
en un arma ofensiva para controlar empresas está causando quebraderos de cabeza
en los supervisores de los mercados, al tratarse de operaciones de derivados
que sirven para asegurarse una participación fuera del procedimiento autorizado, regulado y transparente. El
sistema de Ofertas Públicas de Adquisición español es muy restrictivo ante la
posibilidad de que el oferente compre acciones al margen de la oferta, pero no
hay limite para los derivados. El problema es que la normativa se basa en los
derechos políticos de los accionistas. Y en los equity swaps, aunque los
derechos políticos sigan en manos de los socios que suscriben la opción de
venta, es poco probable que vayan a utilizar su voto para ir contra el futuro
comprador de esa participación.
En otras palabras, convierten
esto en un intercambio futuro de unas
acciones a un precio determinado,
pactado entre dos partes. A diferencia de otras opciones y derivados, las
condiciones del equity swap, se fijan por un contrato entre las partes y no en un mercado de futuros.
El inversor que pacta la futura
venta mantiene los derechos políticos.
El contrato contempla los plazos del intercambio, al pago de intereses durante la vigencia de la opción y el destino de los dividendos de las acciones.
JIV