Tras un largo período de ausencia
de estos grandes protagonistas de la historia del pensamiento económico,
volvemos con uno de los grandes de su tiempo.
John Stuart Mill nació en Londres
en 1806. Fue el hijo mayor del economista e historiador James Mill, autor del
compendio historia de la India Británica, un pensador adicto a las tesis de
Bentham y David Ricardo. Estas circunstancias favorecieron la formación de
Mill, sometido a un riguroso método de enseñanza desde la infancia más tierna.
Familiarizado con el griego, el latín y los grandes clásicos, a los doce años
escribe una historia de Roma y termina de escribir un libro en verso. A los
trece, su padre le da un curso de economía política basado en las ideas de
David Ricardo.
I) Educación completa a los trece años.
A los 14 años fue a Francia con
el objetivo de realizar estudios de filosofía, derecho y economía, enseñanzas y
estudios que le influenciarán en sus primeras obras.
Su base filosófica reside en
Bentham, Locke, Hume, Berkeley, y Hartley, junto a los pensadores de la escuela
escocesa del sentido común, Reid y Duyold Stewart.
Hacia 1822 funda una sociedad
utilitarista y animó, en unión de varios amigos, otra sociedad de oradores,
donde se debatía de filosofía y política.
La portentosa y sólida educación
que tuvo nunca le hizo perder la humildad. En palabras textuales suyas:
"Lo que yo puede hacer,
seguramente, puede hacerlo cualquier muchacho o muchacha de capacidad media y
de una constitución física sana; y si yo he hecho algo, lo debo, entre otras
afortunadas circunstancias, al hecho de que gracias a la anticipada preparación
con que me favoreció mi padre, yo partí puedo decirlo francamente, con la
ventaja de un cuarto de siglo sobre los de mi edad".
En 1823 fue nombrado Examiner de
la East India Company, cargo al que debió una desahogada posición económica
durante toda su vida.
En este año publica en The
Traveller de Londres su primer artículo sobre economía.
En esta época desarrolla también
una intensa labor de escritor, colaborando en la Westminster Review, fundada
por Bentham. Sin embargo, a la edad de 20 años, Mill, sufre una severa y
prolongada depresión mental producto de las exigencias intelectuales de su
padre, quien abusó de los principios de la psicología asociacionista de Bentham
y sus ansias de tener un hijo genio. Además de romper con su padre, esto marca
en él un cambio que lo hace volcarse hacia las obras de poetas románticos como
Coleridge y Wordsworth, y especialmente se vuelca en las ideas de los filósofos
franceses de la ilustración.
II) Obras de madurez.
Durante su crisis lee obras del
filosofo Auguste Comte, el que inaugura la
tradición de la sociología como ciencia general del hombre, y siente gran
simpatía hacia estas ideas. Comte es el padre del positivismo, y pensaba que la
economía debería subsumirse a esta ciencia más general, dado que la economía,
como ciencia deductiva, carece de relevancia empírica e histórica.
Nuestro protagonista mantiene una
larga correspondencia con Comte, y a partir de 1834 dirige la revista London
And Westminster prepara su Sistema de la
Lógica. Le sigue en 1848 sus Principios
de Economía Política. Estas dos obras aseguraron su reputación como uno de
los pensadores más sobresalientes de la época.
De ahí, su obra fue ejemplar. De
la que podemos señalar las siguientes:
Ø
El
utilitarismo. Obra de 1843. Considerada clave, pues a John Stuart Mill se
le considera padre del utilitarismo.
Ø
Sobre la Libertad, Pensamientos sobre la reforma
parlamentaria, Disertaciones y Discusiones, obra escrita en 1859.
Ø
Consideraciones sobre el gobierno
representativo. Obra de 1861.
Ø
Examen de la filosofía de Sir William Hamilton
(1865). En el mismo año escribe, Augusto Comte y el positivismo.
Ø
Inglaterra e Irlanda. Ensayo escrito sobre las
dos naciones en 1868.
Ø
La esclavitud de las mujeres. Considerado el
primer manifiesto feminista, escrito en 1869.
Ø
Capítulos y Discursos sobre la cuestión de
Irlanda. Otra vuelta de tuerca del debate político inglés, de 1870.
Ø
Su autobiografía, escrita en 1873.
Ø
Tres ensayos sobre la religión, de 1874. Obra
publicada de manera póstuma.
III) Contribuciones al pensamiento económico.
En su obra de 1848 anteriormente
citada, se hace cargo de las críticas de Comte y reconstruye los fundamentos
filosóficos y metodológicos que establecieron a la economía política como disciplina autónoma.
En estos Principios de Economía Política, reafirma el marco ricardiano,
incorporando nuevas ideas y el respaldo de evidencias en numerosas materias de
política económica. Este libro se convirtió en el texto de lectura obligada en
materia económica durante cuarenta años, hasta que fue reemplazado por los
principios de economía de Alfred Marshall en 1891.
En su obra. Mill elaboró varias
de las ideas de David Ricardo y Adam Smith, ayudando a desarrollar los conceptos
de economías de escala, costo de oportunidad y ventaja comparativa.
Mill fue un gran defensor de la
libertad, por dos motivos. Porque la
sociedad como conjunto maximiza su utilidad si cada persona es libre de
tomar sus propias decisiones, y porque la libertad es necesaria para el desarrollo de cada persona como un ser completo.
En su celebre ensayo sobre la
utilidad, Mill alude a la gran idea motora de la historia del hombre: la libertad social o civil, la naturaleza y los límites del poder que puede ser ejercido de forma legítima por la sociedad sobre el individuo.
Las propias circunstancias
personales de su vida, lo llevaron a seguir el principio de reciprocidad
kantiana, que establece el límite de la libertad individual en el punto en que
perjudica la libertad de otro. También aceptó el despotismo y autoritarismo
cuando las circunstancias así lo justifiquen, especialmente justificó el despotismo de la autoridad
en sociedades atrasadas, cuando el
déspota persigue los intereses del pueblo y no los propios. Mill detectaba
un gran peligro en la volubilidad de
las masas, en el conformismo
complaciente y manipulable de las mayorías, y por ello toma conciencia que
los valores de la individualidad y
los valores de la sociedad comienzan
a gestarse como fuerzas opuestas,
tendentes a la ruptura de ese equilibrio
idealizado como armonía del mundo.
Por eso, Mill no es un defensor del laissez-faire, y tampoco piensa que los contratos y los derechos de propiedad formen parte de la libertad.
Como principal autor del
liberalismo, favorece la herencia fiscal,
el proteccionismo y la regulación, comenzando por regular las
horas de trabajo de los empleados, para evitar horas abusivas. Asimismo,
argumenta en contra del crecimiento ilimitado que permite la
revolución industrial, por el inevitable
impacto que se tiene sobre el deterioro
de la naturaleza. Fue, por tanto, uno de los primeros medioambientalistas,
y uno de los primeros luchadores por la
igualdad de derechos.
Quizá uno de los aspectos más
desconocidos de nuestro protagonista es su relación con su esposa, Harriet Taylor, a quien conoció en 1830
y se casó veinte años después, tras la muerte de John Taylor, su marido.
Harriet fue una filósofa que aún hace historia con sus escritos sobre los derechos de la mujer, y fue la principal inspiradora de los debates
intelectuales de nuestro amigo. A él le sedujo la belleza y capacidad
intelectual de Harriet y a ella que él la tratara como un igual intelectual.
Fue la primera en criticar los efectos
degradantes de la dependencia económica de las mujeres por los hombres.
Tras su muerte en 1858, nuestro
querido amigo le dedicó el ensayo sobre la libertad con (y cito textualmente)
esta dedicatoria:
"a la querida y llorada
memoria de quien fue la inspiradora de lo mejor que hay en mis obras; a la
memoria de la amiga y de la esposa, cuyo vehemente sentido de la verdad y la
justicia fue mi más vivo apoyo y en cuya aprobación estriba mi principal
recompensa".
John Stuart Mill dedicó el resto
de su vida a escribir su monumental legado económico, filosófico y político,
hasta el día de su muerte, el 8 de mayo de 1873.
JIV